EL PATITO BELLO
Hace 4 años, en un estanque de París, vivía una pareja de cisnes adultos que estaban incubando 6 huevos.
A los 14 días, las crías nacieron, y la más joven de ellas, era muy bella. A los 10 días, se supo que esa bella cría era macho, mientras que sus hermanas eran hembras. Las patas jóvenes de todo el estanque iban por detrás de aquel patito durante todo el día.
Un día de labor, los cazadores del zoo pasaron por al lado de aquel estanque, y al ver al bello patito, se asombraron porque nunca antes habían visto una cría de cisne tan bella. Los habitantes del estanque se dieron cuenta de lo que ocurría enseguida. Bartolo, el patito, al tener miedo, ordenó a todos los seres vivos del estanque a que intentasen asegurar el estanque lo máximo posible de cualquier modo; robando, pidiendo…
Los cazadores informaron al jefe del zoo sobre el bello cisne que habían visto en aquel estanque que estaba situado en el centro de París. Los cazadores querían cazar a Bartolo. Mientras, en el estanque, Bartolo y una hembra de cisne llamada Carla se habían enamorado. El estanque estaba muy protegido, ya que los patos y patas del estanque habían traído ladrillos, metal, madera, mesas, acero… Los transeúntes que pasaban por al lado estaban muy extrañados, porque nunca antes los seres vivos del estanque habían hecho un muro de tanta solidez.
A las 2 semanas, llegó el día que tanto ansiaban los cazadores. Eran las 4 de la mañana, y por lo tanto, todo el estanque menos Bartolo dormía en paz, hasta que se escucharon unos ruidos raros. Todo el estanque, al escucharlo, se puso en alerta. Entonces Bartolo dijo:
-¡Todos a sus puestos!
-¡Sí capitán!- Contestó el estanque.
Mientras, Bartolo y Carla intentaban encontrar un cobijo donde esconderse. Los cazadores llegaron, uno por cada lado, en total 6, ya que pensaban que atrapar al patito iba a ser fácil. Los seres del estanque pelearon con los cazadores y consiguieron alejarlos de allí en 10 minutos.
A los 8 días, el estanque volvió a ser igual que antes. El resto de la vida fue tranquila para los seres del estanque. Tan tranquila que Bartolo y Carla llegaron a poner 5 huevos por año.
FIN
FIN
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