EL CUENTO NAVIDEÑO
Érase una vez un adolescente llamado Mario. Las navidades siempre las celebraba en familia, pero un año sus amigos y él decidieron celebrarlas juntos.
Mario le preguntó a su padre:
- Papa, ¿puedo pasar una parte de las navidades con mis amigos?
- Sí, hijo. ¿Pero a tus amigos les dejan?
- Sí, tú tranquilo, no te preocupes.
Mario y sus amigos decidieros pasar la Noche Buena con la familia y el día de Navidad entre amigos.
Su casa estaba libre, porque sus padres tenían cena en casa de sus abuelos. Así que toda la cuadrilla se juntó en su casa.
Llegó el día en el que celebró la Noche Buena con la familia, se lo pasaron genial. Porque encima vinieron sus primos del pueblo, se puso muy contento porque él no sabía nada y para él fue una sorpresa.
En la cena comierón mucho y aún así sobró comida, pero no importaba porque se lo iban a comer al día siguente en la comida de Navidad.
Se despertó con la emoción de abrir los regalos y de la comida.
Papa Noel le regaló muchas cosas, ese año se había portado muy bien.
Le regaló: Un libro con cuentos de Navidad, ropa, zapatos, un balon, y una enorme bolsa de golosinas.
Pero, ahora había que preparar la comida, poner la mesa, ordenar toda la casa…
Llegó la hora. Todos los amigos estaban en la puerta y entraron cantando villancicos.
Empezaron a comer. Todos estaban muy pero que muy contentos, porque era su primera comida con los amigos.
Y derrepente vinieron las chicas del instituto, y se asustaron porque no se esperaban eso. Les pidieron a ver si querían hacer una fiesta ese mismo día con ellas. Ellos encantados, dijeron que sí.
En aquella fiesta se lo pasaron genial.
Terminó la fiesta hacia las 10 de la noche, les dió tiempo hasta de recojer toda la casa antes de que vinieran los padres de Mario.
¡Menudas Navidades las que pasó Mario! Fueron las mejores.
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